dimecres, 18 d’octubre del 2017

Simmel como teórico de la fragmentación social

La foto es de Jenxi
Resumen de la clase del 9/10/17 de la asignatura Antropología de los Espacios Urbanos del máster de Antropologia y Etnografía de la UB.

SIMMEL COMO TEÓRICO DE LA FRAGMENTACIÓN SOCIAL
Manuel Delgado

En esta introducción a Georg Simmel quise hacernos notar su importancia como teórico de la modernidad, en el sentido baudeleriano,  es decir en el de  “lo efímero, lo fugitivo, lo contingente”, esto es aquello que estoy asociando con "lo urbano". La idea central en Simmel es que no es que es aceptable la cosificación de la sociedad. No es posible trabajar a partir de un concepto global de sociedad, y menos en un sentido casi místico como el que Durkheim proponía. Simmel nos hace análisis  plenos de sensibilidad, sobre aspectos de la vida diaria aparentemente triviales o marginales.

Nadie ante había trabajado antes los momentos fugitivos. Sus descripciones corresponden a auténticas “viñetas sociales”. El problema que se plantea en primer término es el cómo capturar lo fugaz y lo fragmentario de la realidad, cada uno de los detalles de la realidad, la imagen instantanea de la interacción social, todo lo que Simmel denomina las “formas de sociación” y que la sociología formal no era capaz de captar ni analizar.

Simmel concibió la sociedad como una interacción de sus elementos moleculares mucho más que como una substancia. La sociedad existe “cuando ciertos individuos entran en interacción y forman una unidad temporal o permanente”. La interacción no es tanto una fuerza que actua en un cierto sentido como atomismo complejo y altamente diferenciado, del cual resulta imposible inferir leyes generales

Para Simmel, la sociología debía consistir en una descripción y un análisis de las relaciones formales de elementos complejos en una constelación funcional. La sociedad no era una cosa sino el resultado de una interacción constante. Por ello la sociología tiene como objeto “las formas de la interacción”. Las formas sociales más complejas son extensión de interacciones más simples entre los individuos. Esto se traduce en una atención preferente o exclusiva por los “procesos moleculares microscópicos del material humano, que exhiben a la sociedad, por decirlo así, statu nascendi. Esos “delicados e invisibles lazos que se tejen entre una persona y otra son accesibles mediante la microscopía psicológica."

No se trataba de analizar las “estructuras de orden elevado y supraindividuales”, sino también los lazos sutiles, invisibles, que vinculan a los individuos entre sí, los “fragmentos fortuitos de la realidad social”, a partir de la “posibilidad de encontrar en cada uno de los detalles de la vida la totalidad del significado de ésta”.



Desde el principio de su trabajo Simmel detecta un “principio regulador del mundo de que todo interactúa de alguna manera con todo lo demás”. Las relaciones entre las cosas están sometidas a un fluir constante : “Entre todos los puntos y todas las fuerzas del mundo existen relaciones en movilidad constante”, como consecuencia de esa “tendencia general del pensamiento moderno, con su disolución de sustancias en funciones, de lo estático en permanente en el fluir de una incesante evolución”

La sociología de Simmel se funda en la idea de que la naturaleza de la existencia social está gobernada por la labor de los individuos en tanto que actores -protagonistas de la acción- y el papel o rol, y se revela no sólo por la imagen del otro sino también por el conocimiento del contexto estructural en que tiene lugar la acción social del individuo.

El papel social es la mediación entre lo que S. llama sociabilidad y lo que denomina socialidad. La sociabilidad es el modo de estar ligar a un todo y por un todo. La socialidad es la cualidad de estar socializado y se opone antinómicamente a individualidad. No se trata de que los individuos jueguen dentro de la sociedad sino que realmente juegan a la sociedad. La sociología de la sociabilidad de Simmel ilustra la búsqueda de formas puras de asociación e interacción, formas puras que sólo pueden hallarse en interacciones sociales efímeras y en apariencia insignificantes.

En Simmel hay una propuesta de teoria del espacio. El espacio es, para Simmel, una forma sin efecto, una forma que ha de llenarse con energías sociales. Son las actividades, las acciones de los actores sociales las que crean el espacio. Retoma la idea de Kant del espacio como la “posibilidad de juntar”, por cuanto la interacción torna lo que estaba previamente vacío en algo para nosotros, lo llena en tanto que lo hace posible.


Existen para Simmel ciertas cualidades básicas de las formas espaciales que la vida comunitaria tiene que tomar en cuenta : la exclusividad del espacio, sus límites, la situación o ubicación de las formas sociales en el espacio, la proximidad y la distancia y la posibilidad de moverse de un lugar a otro -la accesibilidad-. Los determinantes espaciales de la existencia del grupo o del individuo están en fluir constante. De hecho, Simmel elaboró una teoría del “espacio vacío”, la tierra de nadie, que “se revela como agente y expresión de la interacción sociológica”. En tanto que precondición formal de la interacción social y como espacio postergado, en blanco, su análisis todavía está pendiente y corresponde a una posible sociología o antropología de los espacios urbanos.



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